lunes, 11 de abril de 2016

Las procesiones extraordinarias de la Patrona (desde 1649 hasta finales del s.XIX)

En este articulo enumeraremos todas las salidas extraordinaria de las que tenemos constancia que ha tenido nuestra Patrona. La gran devoción de Cádiz ha estado siempre presente en los momentos importantes de la ciudad, saliendo en procesión rogativas en las distintas epidemias, para celebrar acontecimientos militares, en las grandes fiestas de la iglesia o para conmemorar aniversarios propios.

La primera salida extraordinaria documentada tiene lugar 1649, después de sufrir la ciudad durante tres años la mayor epidemia de peste que se recordaba hasta entonces. El pueblo de Cádiz se encomienda a la Virgen del Rosario y el cabildo catedral acuerda trasladar  la imagen de la Virgen del Rosario desde Santo Domingo a la Catedral en procesión de rogativas según acuerdo del 1 de Marzo de 1649.

“En la ciudad de Cádiz, lunes primero de Marzo de mil y seiscientos quarenta y nueve años, se juntaron los Sres. D. Antonio Álvarez de Boorquez, Chantre y canónigo presidente; D. Juan Beltrán de Manurga, tesorero; D. Juan de Cetina, Maestrescuela; D. Matheo de Guevara, Arcediano de Medina; D. Francisco de Quesada, D. Andrés Padilla, D. Andrés Bermúdez, D. Francisco de Estrada, D. Francisco de los Cameros, canónigos; D. Juan Blanco, D. Pedro Calderón, Dr. Aparicio Rendón, Gonzalo de Sosa e yo Juan Baptista Carlos, Simon Gutiérrez, Melchor Palomino, racionero; siendo llamados por cédula ante diem: Acordaron lo siguiente:

Al último Capítulo de la cédula para ver la carta que el Sr. thesorero tiene acerca de la devoción de Ntra. Sra. del Rosario y traer la imagen a esta sancta Iglesia, se acordó que se haga en procesión y en ella se traiga la imagen a esta Iglesia, etc. Ante mí licenciado Juan Baptista Carlos, Razionero. Secretario.”

Sobre las misas y el rezo del Rosario el cabildo catedral acuerda lo siguiente:

“Cabildo, jueves, cuatro de Marzo de mil y seiscientos quarenta y nueve. Ceremonias. Y se trató de las misas que han de decir a Ntra. Sra. del Rosario y en que tiempo; y se acordó que se digan en el altar mayor después de la Prima en los días que hubiese desocupados, y en que los digas ocupados se digan en una capilla de los colaterales, y que en la procesión de Ntra. Sra. del Rosario se digan, a la ida las letanías y a la venida el Rosario a choros, y que así mismo se digan a choros en el altar mayor el domingo por la tarde con la oración del Rosario y la antiphona contra la peste”

En septiembre la epidemia desapareció y en recuerdo de la intercesión de la Virgen del Rosario los capitulares de la Santa Iglesia Catedral acordaron rezar el rosario a coro todos los días concluidas las completas.

En 1730 azota la ciudad una epidemia de fiebre amarilla y el capitular D. Simón de Villalta presenta una proposición al Ayuntamiento para celebrar función votiva e implorar ante la Santísima Virgen la liberación de la epidemia aceptándose la propuesta y desapareciendo la epidemia rápidamente. Por ello se acuerda en acción de gracias sacar una solemne procesión con Jesús Nazareno, los patronos San Servando y San Germán y Ntra. Sra. del Rosario que por diversas circunstancias no se puedo llevar a cabo. El día 2 de noviembre de 1730 el Ayuntamiento acuerda lo siguiente:

“Siendo el titulo del Rosario, uno de los que mas motivan y encienden la devoción a esta celestial Señora y edifica de noche ver que los que van a frecuentar en rogativa a su templo y que apenas se dará casa en donde se deje de practicar el que desde el dueño hasta el mas inferior lo recen a coro… se acuerda por el Ayuntamiento asistir todos los años a la función que en la misma Iglesia de Santo Domingo se celebra, sacando la bendita Imagen de Ntra. Sra. del Rosario, en la tarde del primer domingo de octubre. Avino en ello el Ayuntamiento”

Vuelve a salir la Virgen del Rosario, ya considerada Patrona de la Ciudad, en procesión de rogativas en la fatídica mañana del 1 de Noviembre de 1755 para interceder milagrosamente en el maremoto provocado por el terremoto de Lisboa, llevando los frailes dominicos a la Santísima Virgen hasta el Baluarte de los Negros y situando a la Virgen mirando hacia el mar. Entonces la furia del mar cesó y volvió la calma, atribuyéndose el milagro a la Virgen del Rosario y gracias a este hecho es nombrada Patrona oficial por el Ayuntamiento de la ciudad. Días mas tarde vuelve a salir en procesión de acción de gracias como recoge este acuerdo del cabildo municipal que no trascribimos entero al encontrarse ya en el articulo sobre la intercesión de la Virgen del Rosario en el Terremoto de 1755. (Ver articulo)

“…de acuerdo con la Comunidad de Sto. Domingo, celebrar una Novena de Misas cantadas por la mañana, y plática por la tarde, y que concluida se saque el sábado en la tarde una procesión con la imagen de Nuestra Señora del Rosario y los demás pasos que se quieran agregar, pasándolos alrededor de las murallas para universal consuelo de este afligido pueblo, que lo confía todo del patrocinio del original de esta sagrada imagen.”

El 17 de septiembre de 1784 es llevada la Virgen del Rosario hasta la Catedral para presidir la función solemne que ambos cabildo celebrarían en acción de gracias por el fin de una nueva epidemia de fiebre amarilla. En la procesión con la Virgen participó el Gobernador, el Ayuntamiento en pleno, los gremios y todas las clases sociales.

Durante la primera mitad del s. XIX no tenemos noticias de ninguna salida extraordinaria de la Santísima Virgen, quedando su culto mermado tras la exclaustración de los frailes dominicos el 18 de agosto de 1835. Pero el culto (que no la devoción, ya que esta nunca la perdió su pueblo) a la Santísima Virgen resurge con mucha fuerza a raíz de una nueva intervención milagrosa en la epidemia de cólera morbo del año 1854. Este hecho provoca el comienzo de los tramites por parte de la Iglesia para que la Santa Sede le otorgue a la Virgen del Rosario el patronazgo canónico sobre la ciudad, titulo que sería otorgado el 27 de junio de 1867. Para celebrar la concesión eclesiástica del título, la Virgen volvería a acudir extraordinariamente a la Catedral como se acordaría en cabildo del 14 de septiembre de 1867:

“Cabildo 14 de Septiembre; Extraordinario. El Sr. Molina, en nombre de la Comisión nombrada por el Exmo. Cabildo para determinar con el Ilmo. Sr. Obispo la forma en que había que celebrarse este año y siguiente la festividad de la Virgen del Rosario, declarada nuevamente Patrona principal de Cádiz, expuso que el Prelado y la Comisión habían determinado que en este primer año se trajese en procesión la Imagen del Rosario para las primeras vísperas de la fiesta y que después de las segundas se restituya a su Iglesia de Santo Domingo con asistencia de una comisión del Exmo. Cabildo, que se tendrá como presente a la Misa o aniversario que tendrá lugar en dicho día; de que certifico”

Así mismo en Cabildo de 20 de Septiembre “se acuerda que la hora para salir procesionalmente, las primeras vísperas, sea a las tres en punto, y que se permita al Capellán de Sto. Domingo que no se separe de las Andas, por su devoción”; y en Cabildo celebrado en 4 de Octubre “que la Santa Imagen entre y salga de la Catedral por la puerta principal, y que la hora para devolverla a su Iglesia, sea después de Maitines, adelantándose estos una hora”En el Boletín Oficial del Obispado de Cádiz del mes de Septiembre, se anuncia lo siguiente:

“Las solemnidades religiosas acordadas para celebrar el nuevo Patronato de Nuestra Señora del Rosario sobre esta ciudad, tendrá lugar en la forma siguiente:

A las tres de la tarde del sábado 5 del próximo Octubre los dos Exmos. Cabildos se dirigirán a la Iglesia de Sto. Domingo y sacarán procesionalmente de ella la imagen de nuestra amantísima Patrona, llevándola a la Santa Iglesia Catedral, donde se cantaran solemnes Vísperas y Maitines.

En el Siguiente domingo e inmediatamente después de la procesión de Tercia, se celebrará en la Santa Iglesia, que así como las Vísperas oficiará de Pontifical nuestro Ilmo. Prelado, predicando en ella el Sr. Dr. D. Sebastián Herrero y Espinosa de los Monteros, canónigo de dicha Santa Iglesia y provisor y vicario general de la diócesis, y por la tarde, terminado el oficio divino, nuestra Stma. Patrona con la mima solemnidad que fue conducida a la Santa Iglesia Catedral, será devuelta a su templo.

Lo que de orden S.S.I. el Obispo mi señor se publica en este Boletín para conocimiento y satisfacción de los fieles. Cádiz 21 de Septiembre de 1867. Fernández, vicesecrt.”

Durante la estancia en la Catedral el recordado Obispo fray Félix María de Arriete y Llano le impuso en ceremonia privada la cruz pectoral que hoy sigue luciendo la Virgen en las grandes fiestas. Así mismo el 17 de octubre, acuerda el Cabildo eclesiástico celebrar con la mayor pompa el aniversario de esta concesión.

Una nueva epidemia de cólera tiene lugar en el año 1885 y de nuevo saldría de rogativas la Virgen del Rosario, esta vez con Jesús Nazareno. El 8 de agosto a las 5 de la tarde salía de la Catedral las cruces de las distintas parroquias, el Cabildo Eclesiástico y el prelado de la diócesis junto con la imagen de los Santos Patronos. Llegado el cortejo a San Juan de Dios, se unió el gobernador civil y el Ayuntamiento bajo mazas, dirigiéndose la comitiva hacia Santa María para que se incorporara la imagen de Jesús Nazarenos y por ultimo llegaría hasta Santo Domingo donde se unió la Virgen del Rosario y retorno el procesión hasta la Santa Iglesia Catedral. Las imágenes permanecieron en el primer templo diocesano durante 85 días, volviendo a sus templos el día 2 de Noviembre. (Ver articulo)

El 3 de octubre de 1886 se trasladaría la milagrosa imagen de la Patrona de nuevo a la Catedral para presidir la ceremonia de ordenación episcopal del Ilmo. y Rvdmo. Sr. D. José María Rances y Villanueva, designado Obispo de Dora y Prior de las Ordenes Militares.


El 25 de agosto de 1895 vuelve a salir la Patrona de la ciudad para presidir una misa de campaña en la Plaza de San Juan de Dios. La Virgen salio del Convento a las 4 de la mañana y las 6 comenzaría la misa oficiada por el Exmo. y Rvdmo. Sr. Vicente Calvo y Valero, Obispo de Cádiz, para pedir por los soldados que iban a partir a la guerra de Cuba. Una vez concluida la misa y terminado el desfile militar, la Virgen del Rosario regresó a Santo Domingo. (Ver articulo). Tres años después, el día 24 de mayo, el obispo dispuso que volviera a Salir la Virgen del Rosario en rogativas para pedir por los soldados combatientes en Filipinas contra los Estados Unidos. Si bien, quienes salieron finalmente fueron los Santos Patronos que llegaron hasta el Convento de Santo Domingo donde se celebró solemne misa a las plantas de la Patrona.